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Resistencia, Chaco, Argentina
Chaqueño, nació en Pcia. Roque Sáenz Peña el 7 de diciembre de 1973.

lunes, 5 de julio de 2010


PESADILLA EN LA BEMOL


1.
un lobo colérico aprisionó a los sueños

así nacieron las pesadillas

de sus garras
de sus dientes mordiendo las noches
de nuestro único olor a cobardías

2.
veo un ojo enclavado
en la cerradura de un gran candado

veo un niño sin rostro
atándose a un árbol en silencio

siento un movimiento de tendones
que forman un cuerpo
que parece ser el mío dentro del sueño mío
sueño que se desintegra
y se convierte en pesadilla de ataduras

(siempre en las pesadillas
hay un niño perdido
buscando el auxilio de los sueños)

en la carne mi carne
llora la sangre de un niño

es este niño que va adhiriéndose
al costado de mi cuerpo

encuentro al tercer ojo de Dios
callándome detrás del lado oscuro

sigiloso él se traga mis misterios
como a todos sus misterios

así la vida ha de ser una tormenta me digo

en silencio me ato al árbol
y despierto


LIBRO SUMERGIDO EN UN ESPEJO

En esto de presentirnos redondos, tibios, lacerados, de estar adentro o detrás de esta abertura, o al costado, en las sombras del silencio, en esto de espiarnos, de saber que estamos allí, sin olernos, de cuerpo entero, presentes, sin tocarnos, con inmensos ojos adivinando nuestras líquidas siluetas, en todo esto hay un secreto: este hoyo abierto, este claro de agua en el que asomamos las narices, esta ventana de dimensiones diferentes en la que tú tienes un Rostro y no lo conozco, en realidad es un espejo en el que buscamos las esencias. Y yo sueño que mientras escribo, tú me lees. Estarás pensando que estoy loco pero es hondo el sacrificio de esta carta. Cierras el libro. Te ríes, te preguntas qué esencias, qué perfumes, a qué colores me refiero, de qué material están hechas mis preguntas.

Abre el libro sin temor a descubrirnos: quiero mencionarte, bendecirte, de alguna forma tomarte el pulso para entender tu corazón latiendo, y saber que detrás de este espejo de papeles, mientras yo leo lo que escribes en el alma, tú asumes el hondo sacrificio de tu carta, y que quede el agua, y que tu Rostro vuelva, y en esa altura tomarnos de los Nombres.